Introducción
El
presente ensayo tiene como finalidad estudiar una de esas propuestas educativas
y pedagógicas que se han dado, en una historia muy cercana por sus raíces
latinoamericanas, la de Paulo Reglus Neves Freire. Se tratara de abarcar en
estas breves páginas, el trabajo que realizó durante toda su vida Paulo Freire.
Se presentara algunas nociones fundamentales que nos permitan hacer una
valoración crítica de su obra educativa, que él mismo denominó "Pedagogía
del Oprimido", "Pedagogía de la Esperanza" o "Pedagogía de
la Liberación". Para entender mejor el planteamiento pedagógico de Freire
es necesario abordarlo desde los siguientes puntos: La pedagogía del oprimido
donde resalta su método de alfabetización; el diálogo como canal y medio
indispensable en el proceso educativo, para llegar a una Pedagogía de la
Esperanza, en la cual comienza un camino de conocimiento crítico de la realidad
y a asumir posturas frente a ella. La educación liberadora se
asienta sobre el criterio del hombre histórico. Los hombres, pues, son praxis.
"Praxis que siendo reflexión y acción verdaderamente transformadora de la
realidad, es fuente de conocimiento y creación.
Freire
convida a los analfabetos a salir de su apatía y del conformismo de su
"estilo de vida" en el que siempre han estado inmersos,
propiciándoles un desafío en comprender que ellos también son hacedores de
cultura. Para tal fin, comienza realizando una valoración del Sistema Educativo
presente a la que él denomino Educación Tradicional o como la llamase en sus
escritos "Educación Bancaria; a la
cual se opone e imparte la educación que denomina "liberadora" o
"problematizadora", que se identifica con lo propio de la conciencia,
en este sentido es un acto que afirma la dialogicidad. De esta manera el
educador no es sólo el que educa sino a que a la par que educa, es educado en
el diálogo con el educando.
En
esta obra Freire sustenta una pedagogía humanista – espiritualista. Humanista
porque centra en el hombre toda la problemática educativa siendo el objetivo
básico de ésta la humanización. Espiritualista porque coloca en el espíritu el
sentimiento que impulsa al hombre a auto configurarse, hace perceptible lo
espiritual; lo que el hombre habla, escribe, realiza es expresión objetiva de
su espíritu.
Desarrollo
Freire plantea que el problema de la humanización es una preocupación ineludible, pues el hombre en la actualidad se ha deshumanizado. Los hombres se proponen a sí mismos como problema desde el momento en que descubren qué poco saben de sí y se preocupan por saber más. Sobre todo los jóvenes, en torno de qué y cómo están siendo, ponen en tela de juicio la civilización de consumo, la desaparición de la rigidez en las relaciones profesor - alumno y rechazan las viejas órdenes e instituciones establecidas. Plantea también que el hombre es un ser inconcluso y consciente de ello, por ende se encuentra en búsqueda de su humanización, a esto Freire lo denomina “vocación de los hombres”, vocación que consiste en tener el deseo de “ser mas”, vocación afirmada en el ansia de la libertad, de justicia, de lucha de los oprimidos por la recuperación de su humanidad despojada.
Sin
embargo el opresor, por medio de la violencia, tiende a deshumanizar al
oprimido y distorsionar la vocación de ser mas por la de “ser menos”, negando
el ser mas en la injusticia, en la explotación, en la opresión, etc. Esto lleva
a que en algún momento los oprimidos se revelen y luchen contra quienes los
oprimen, porque la lucha por la liberación sólo es posible porque la
deshumanización no es un destino dado, sino resultado de un orden social
injusto que genera la violencia de los opresores y consecuentemente el ser
menos.
Freire
postula que la gran tarea humanista e histórica de los oprimidos es buscar la
recuperación de la humanidad tanto de él en situación de oprimido como del
opresor. “Sólo el poder que renace de la debilidad de los oprimidos será
suficientemente fuerte para liberar a ambos”
Igualmente
Freire realiza un análisis y crítica del sistema educativo actual poniendo
énfasis en las relaciones educador-educando del mismo. El autor denomina la
educación de este sistema como bancaria; donde los educadores son quienes
disponen de un caudal de “saber” para transmitir a los educandos, los cuales
son considerados como sujetos pasivos, receptivos, dóciles y depositarios. “En
vez de comunicarse, el educador hace comunicados y depósitos que los educandos,
meras incidencias, reciben pacientemente, memorizan y repiten. (…) el único
margen de acción que se ofrece a los educandos el de recibir los depósitos,
guardarlos y archivarlos.
La
educación “bancaria” al mantener, como hemos dicho, la ingenuidad de los
educandos; logra, dentro de su marco ideológico, adaptarlos al mundo de la
opresión.
En
este sentido, para contrarrestar la opresión habla sobre la dialogicidad
Por
ende, los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el
trabajo, en la acción, en la reflexión. El diálogo implica un encuentro de los
hombres para la transformación del mundo, por lo que se convierte en una
exigencia existencial.
Para
Freire, la palabra tiene dos fases constitutivas indisolubles: acción y
reflexión. Ambas en relación dialéctica establecen la praxis del proceso
transformador. La reflexión sin acción, se reduce al verbalismo estéril y la
acción sin reflexión es activismo. La palabra verdadera es la praxis, porque
los hombres deben actuar en el mundo para humanizarlo, transformarlo y
liberarlo. Algunas personas que se sienten líderes y acuden a las masas para
establecer diálogos con ellos, sin embargo no manifiestan los intereses del
pueblo sino los suyos, por lo tanto sólo los adaptan a nueva forma de vida sin
que se atienda a sus demandas históricas, sería caer relativamente en el pensamiento
ingenuo que se adapta a las condiciones sin que se construya una distinta y
apropiada que es lo que demanda el pensamiento crítico; donde se construyan
espacios que ofrezcan las oportunidades de superación y liberación a través de
la actuación cognitivo.
Es
importante establecer diálogo con el pueblo, pero ello implica emplear un
lenguaje similar al de las costumbres del individuo para que exista esta
interacción es necesario integrarse a la vida del hombre, investigar su
lenguaje, su actividad y pensamiento; posteriormente, a través de la educación
problematizadora estos elementos se conjugan para generar conocimiento, puesto
que los temas de aprendizaje no es necesario acudir a otros espacios ajenos
para encontrarlos, éstos se encuentran en la realidad que rodea al individuo,
sólo que están envueltos por las "situaciones límite" que los
opresores generan, pero se pueden desaparecer por medio de la educación que el
maestro problematizador propicie, partiendo de lo general hacia lo particular.
El
autor también hace referencia a la antidialogicidad, la cual es propia de las
élites dominadoras que prescriben a los dominados y los llevan a adaptarse a la
realidad y no a transformarla por la problematización. En esta situación el
oprimido lleva dentro la sombra del opresor, y si llegan al poder fácilmente
caen en la formación de una nueva burocracia opresora.
Por
lo anteriormente mencionado, cabe destacar que la transformación no puede ser
hecha por los opresores, sino por los oprimidos, con un liderazgo lúcido que
sabe dialogar y hacer de las masas no objetos, sino sujetos de su humanización
a través de su praxis. Por tal motivo, Freire hace énfasis en el método de alfabetización que permitirá dejar atrás la manipulación
del educando y la domesticación del mismo, por cuanto se trata de algo más que
de enseñar a leer y a escribir, es ante todo, concienciar, enseñar a
reflexionar y expresar sus vivencias y su situación con el medio, es decir,
despertar al analfabeto para que tenga un sentido crítico y reflexivo de su
realidad.
Conclusiones
Paulo Freire desde mi punto de vista nos hace reflexionar sobre la
posición que debe haber entre el educador y el educando, recalcando que entre
ambos debe existir una retroalimentación continua porque en un salón de clases
todos estamos sujetos a aprender cosas nuevas, por otra parte al educador se le
hace necesario indagar sobre el contexto social, cultural y económico de sus
estudiantes para saber cómo llegar a ellos, y darles facilidad en cuanto a
situaciones especiales que requieran un poco mas de atención.
La
pedagogía liberadora de Paulo Freire prepara a la persona para ser crítico y
tomar conciencia de su realidad y desarrollar su personalidad, su pensamiento y
actuación sabia e inteligente para enfrentar diferentes situaciones en la vida.
Al mismo tiempo nos hace una invitación para no ser oprimidos y permitir que
expresemos nuestras ideas, pensamientos para lograr alcanzar las metas
propuestas.
Ing. Raiza Negrón